Danisa Díaz, Alumni UV: “Conocí el problema del acceso a la vivienda y quise ser parte de la solución”
Danisa Díaz se tituló de arquitecta el año 2020, con un trabajo de título que proponía un jardín infantil para la UV localizado entre huertos verticales y puentes flotantes. Se ha especializado en arquitectura y movilidad urbana sostenible, en planificación y gestión. Actualmente integra la delegación presidencial provincial de Petorca.
Sobre cómo se decidió a estudiar Arquitectura, cuenta que “desde que tengo uso de razón mi mamá ha sido socia de comités de vivienda, los cuales no prosperaban por diversos motivos. Vivíamos en la casa de mi abuela y creo que desde siempre tuve una concepción espacial de acuerdo con lo que viví allí. Desde muy chica me gustó dibujar y hacer maquetas con cajas de zapatos. Distribuir el espacio, hacer los muros, el mobiliario con cajas de fósforos o cartón forrado y las personas con plastilina. Luego eran varias casas y en eso me entretenía, pensaba hacia dónde miraba cada una, lo que podía haber entremedio y todo eso sin tener plena conciencia de que ya era un indicio de lo que haría después”.
La Alumni UV comenta que “cuando entré a la enseñanza media supe que iba a ser arquitecta, porque influyó ver a mi mamá luchando siempre por tener nuestra casa propia. Más grande entendí lo que significaba el problema del acceso a la vivienda en Chile y quería ser parte de la solución. Al momento de ver las opciones que había para estudiar con beca, consideré en primer lugar las de mi región, ya que soy de La Ligua y la mayor parte de los que salen a estudiar van a Valparaíso o Viña del Mar, porque la locomoción es más fluida y los costos de vida no eran tan altos”.
“Me fijé en las mallas curriculares de cada universidad y finalmente me decidí por la UV por ser una universidad estatal con una gran trayectoria. Me llamó la atención que Arquitectura tenía un importante enfoque social, integral y respetuoso con el contexto, además de ofrecer como laboratorio de estudio a la ciudad y territorio, donde íbamos a ir descubriendo este camino para ser arquitectas y arquitectos”, agrega.
Su trayectoria universitaria la describe como “algo muy positivo, ya que pude aprender de docentes de una tremenda calidad, quienes nos guiaron para que uno descubriera su propia vía de desarrollo personal y, a la vez, inculcando en los talleres la importancia del trabajo en equipo, incluso a nivel multidisciplinario. Lo anterior permitió desarrollar mi creatividad al máximo y ser capaz de pensar cómo mi proyecto podía aportar a hacer una mejor ciudad, más amable con todas las personas y los seres vivos en general que habitan en ella”.
Madres y padres universitarios
En cuanto a los aspectos de esa experiencia universitaria que influenciaron su desarrollo profesional Danisa identifica “el ámbito organizacional. Mientras estudiaba fui mamá, lo cual permitió darme cuenta de una falencia: el tema de madres y padres universitarios estaba completamente invisibilizado y, sin embargo, era una realidad latente”.
“Fue durante el movimiento feminista del 2018, en que un grupo de ‘ma-padres’ de la UV de diversas carreras -como Trabajo Social, Diseño, Sociología, Derecho y Arquitectura- nos comenzamos a organizar para tener un reglamento que estableciera una normativa básica para nuestra condición de ‘ma–padres’ estudiantes, así creamos el Mapau UV (madres/padres universitarios de la Universidad de Valparaíso)”, indica.
“Comenzamos a trabajar por carreras según las necesidades especiales de cada una, con la idea que a futuro pudiéramos crear un reglamento a nivel de Universidad. Fue así como expusimos nuestra realidad primero ante asambleas estudiantiles y luego a los docentes. Realizamos mesas de trabajo en Arquitectura y luego de un arduo trabajo pudimos llevar a cabo el primer reglamento para estudiantes en calidad de madres o padres universitarios, el ‘Protocolo interno de actuación respecto a temas de maternidad y paternidad. Escuela de Arquitectura’, normativa que contiene los estándares básicos para que la/el estudiante con hijos/hijas pueda continuar y terminar la carrera”, explica.
“Esto me ha ayudado en el trabajo que llevo a cabo con diversas organizaciones, tanto de medioambiente como con las que han surgido a raíz de los loteos irregulares o, como prefiero llamarlos, asentamientos informales, porque incluyen a todas las realidades, como las tomas, donde la lucha principal es por el derecho a la vivienda digna y de calidad”, añade.
Sentido ético y social
Sobre el sello UV, comenta que “la formación de la UV la veo reflejada en tener un sentido ético y social muy marcado en lo que hago, junto con una preocupación constante al momento de realizar un proyecto, de considerar siempre el contexto que rodea al lugar y cómo todo influye en lo que se realizará desde lo micro a lo macro. Rescato que dentro de la gran variedad de talleres podíamos pasar por cada uno de ellos reconociendo territorios diversos, lo que ha permitido desenvolverme dentro de la provincia de Petorca, que presenta una gran diversidad en cuanto al ámbito geográfico, social, cultural, ambiental y económico. Siempre nos inculcaron el ‘autoencargo’, tener la preocupación constante de buscar información por nuestra cuenta con respecto a los temas que abordábamos en los proyectos, lo que me ha ayudado a nivel general para poder seguir indagando en los temas que nos competen dentro de la provincia y en los proyectos que realizo”.
Danisa cuenta que, como parte de sus funciones como coordinadora provincial, debe trabajar en las diferentes necesidades que presentan las comunas de Cabildo, La Ligua, Papudo, Petorca y Zapallar, que integran la provincia de Petorca.
“Nos encontramos con mesas de trabajo de la mujer y equidad de género y seguridad pública con enfoque de género y estamos recorriendo las cinco comunas para establecer las discusiones necesarias para entregar herramientas y avanzar en acciones que ayuden a erradicar toda forma de violencia contra la mujer”, explica.
La arquitecta UV cuenta que “en La Ligua se instala la mesa la temática de ordenamiento territorial con enfoque de género. En un mundo pensado y hecho por y para hombres, podemos como mujeres aportar desde nuestra mirada y nos visibilizamos desde nuestras realidades en este trabajo comunitario, con el fin de poder habitar la ciudad sin miedo y en igualdad”.
“Colaboro con temas de agua, préstamos, ayuda, orientación y creación de proyectos que deben presentar organizaciones sociales para los distintos fondos durante el año, a los que pueden postular”, añade.
En cuanto a su mensaje para las nuevas generaciones de estudiantes UV, destaca que “quizás haya momentos en los que se desalentaran por algún proyecto o no sabrán qué camino seguir, pero deben confiar en sí mismos, son más que suficientes y capaces para resolver lo que se les interponga. Les diría que duden y no den por hecho todo lo que les dicen, que siempre busquen por su cuenta nuevas fuentes de conocimiento, investiguen dentro del territorio, caminen, reconozcan (se), conversen entre ustedes y con las personas, intégrense y tengan sus propias experiencias, que es lo que finalmente enriquecerá el trabajo que harán”.